Una estrella que no se apaga
A Esther Earl, una adolescente con un talento y una lucidez excepcionales, se le diagnosticó cáncer de tiroides cuando tenía doce años. Fue una alegre hija, hermana y amiga, positiva y entusiasta; murió en 2010, poco después de cumplir los dieciséis, pero no sin antes inspirar a miles de personas por medio de su creciente presencia en Internet. Sus extraordinarias memorias recogen los diarios, cuentos, cartas y esbozos de Esther; fotografías y escritos de su familia y amigos ayudan a narrar su historia, un testimonio conmovedor sobre el ímpetu de la vida. El autor John Green conoció a Esther en una convención de Harry Potter, y entre ellos nació una profunda amistad. Tan profunda, que el novelista le dedicó su novela Bajo la misma estrella y ha escrito el prólogo a este libro. Desde 2010, Green y sus seguidores celebran el Día de Esther cada 3 de agosto, en el que, a petición de Esther, se expresa el amor hacia amigos, familiares y personas importantes a las que no solemos decir te quiero.
Una estrella que no se apaga es una recopilación entre el diario de Esther, algunos posts en la página web que llevan sus padres y algunas anécdotas de la gente que la quiere y pasó tiempo con ella en los últimos cuatro años de su vida.
Decidí leer este libro porque tenía mucha curiosidad por saber de Esther, la chica que creó Esther Day, de la que todos decían que John Green se inspiró para hacer a Hazel Grace, protagonista de Bajo la misma estrella (aunque él diga que sólo le dedicó su libro, yo siento que Hazel sí tiene un poco de Esther además del segundo nombre pero bueno) . ¿Por qué todos hablaban de ella? Honestamente, no soy de las personas que tomen bien que una persona que murió por una enfermedad la conviertan en una estrella sólo por estar enferma y mucho menos que llegue a leer un libro basado en su vida o su diario.
El caso con Esther es que sabía que era algo diferente, que John Green y los nerdfighters no hablaban de ella por el cáncer, la mencionaban porque la conocían y era su amiga.
Como ya dije, el libro principalmente es una recopilación de algunos momentos y notas de los últimos cuatro años en la vida de Esther Grace Earl. Sin embargo, al inicio se hace una pequeña introducción desde su nacimiento y de su familia con todo y fotos. Además, el famoso prólogo de John Green donde nos cuenta del día en que la conoció y de cómo le salvó la vida y de algunos borradores de historias creadas por Esther. Es un libro biográfico en memoria de la chica que soñaba con ser escritora y publicar sus libros.
La verdad es que es un libro muy lindo y sentimental sobre una chica muy simpática, sonriente y muy amigable que terminó cayéndome bien a pesar de no haberla conocido. Y es que el leer el diario de alguien es como si esa persona te estuviera hablando directamente a ti y te contara su vida. Esther narraba muy bien su día aunque siempre se salía del tema y terminara escribiendo hojas enteras describiendo muchas cosas.
Es un libro que se lee muy rápido, yo lo terminé en dos tardes y después me puse a ver sus vídeos en youtube y buscar grupos de wizard rock. ¿Ya los conocían? Yo no hasta leer del fangirleo extremo de Esther con estos grupos. De haberla conocido en vida, me hubiera llevado con ella.
En conclusión, Una estrella que no se apaga es un libro muy lindo sobre la vida de Esther Grace y de su amistad con los chicos de catitude y John Green. No me gustó mucho porque no fue mi estilo de lectura pero cumple su propósito de dar a conocer a Esther, su vida y la fundación que ahora llevan sus padres que tiene el mismo nombre que el libro.
Con la colaboración de: Penguin Random House
Esther Earl
Sobre la autora
Esther Earl fue una adolescente con un talento y lucidez excepcionales, pero una adolescente normal al fin y al cabo. Se esforzó por vivir con ilusión y generosidad, especialmente tras saber que su cáncer de tiroides era terminal. El escritor John Green conoció a Esther en una convención de Harry Potter, y entre ellos nació una profunda amistad, tan profunda que el novelista le dedicó su novela Bajo la misma estrella y ha escrito la introducción de Una estrella que no se apaga.
