Integrando a México 2013: mi experiencia

¡Hola geeks! Voy a empezar con las entradas especiales que había prometido sobre lo que hice este verano. ¿Recuerdan que les dije que me iba a Guanajuato? Estaba nerviosa y emocionada porque sabía que me esperaba una gran aventura. Y así fue ¿Alguna vez han leído Aleph de Coelho? Bueno, en este libro Paulo nos dice que hay un lugar en alguna parte del mundo, llamado Aleph, en donde todas nuestras emociones, experiencias y todo lo que nos compone, se combinan y te hacen sentir en equilibrio tanto contigo mismo como con el universo. Y eso era exactamente lo que sentí en el curso. Para mí, el Rancho Las Sabinas (lugar que fue mi hogar durante un mes) es mi aleph, ahí me sentía segura, cómoda, feliz y valiente. Me sentía yo misma..

En este verano, he conocido a muchas personas personas importantes y talentosas, que ahora admiro y me siento muy orgullosa de cada uno de sus logros y futuras metas, que estoy segura alcanzarán.

No les puedo contar todo un mes lleno de risas, lágrimas, aprendizajes y fotos, porque para eso necesitaría cambiarle el título al blog a "Diario de Marloz". Y como esa no es la idea, resumiré y contaré algunas que no puedo dejar pasar.

¡Fue de los veranos más divertidos que he vivido! Imagínense a 40 jóvenes conviviendo juntos durante un mes con el objetivo de mejorar su entorno. Es algo nuevo e interesante, ¿no creen? 

Durante cuatro semanas, mis 29 compañeres y yo estuvimos aprendiendo sobre los derechos humanos, cómo resolver conflictos,  generar ambientes de paz, expresar de manera clara y concisa los problemas sociales de nuestra comunidad a través del arte, como participar de manera activa en la vida sociopolítica de nuestro país, y poner todo esto en práctica haciendo servicio comunitario. 

Cada día aprendíamos algo nuevo, y no solamente en los talleres, sino también de nosotros. Cada uno de nosotros venía de un estado diferente, por lo tanto tenía una perspectiva y opinión diferente respecto a lo que sucede en el país. Y a todo esto agréguenle que hubo tres facilitadoras que venían de Holanda, Portugal e Inglaterra. Eran muchas ideas concentradas por un bien común: lograr hacer un cambio positivo en nuestro entorno. 

Todos, tanto participantes como facilitadores, vivíamos en el rancho. Aquí había cinco habitaciones, una para las facilitadoras, otro para facilitadores, una para los chicos, y dos para las chicas (una habitación chica y otra grande). A mí me tocó en la habitación grande. Esta contaba con dos pisos, 15 camas, 3 lavabos, 2 regaderas y 2 baños. En total éramos 14 chicas (nos sobraba una cama) en la misma habitación. 

¡Las mañanas eran lo más gracioso del mundo! Primero llegaba Betty a despertarnos, media hora más tarde llegaba Rodrigo por si aún no nos habíamos despertado. Algunas veces, Rodrigo llegaba acompañado de Rafael y nos despertaban con una bonita canción: "

Salgan de esas sábanas y pónganse guapas... Despierta ya, levántate.

" Y ya que teníamos los ánimos por los cielos, nos empezábamos a bañar y arreglar (desde las 5:30am y la última terminaba a las 7 y pico).  Nuestra rutina de todos los días... Bueno, no. También podíamos ir a meditación con Rafa. 

Un día logré despertarme temprano para ir a meditación con los demás, estaba muy oscura la habitación y no podía ver nada. Por no prender las luces y despertar a mis compañeras de habitación, terminé chocando con todas las camas y las escaleras. Y como ya se me hacia tarde, me fui en pijama y calcetines. Estaba tan dormida que se me había olvidado que el pasto estaría mojado, así que me mojé todos los calcetines. Para ya no seguirme mojando, me subí a una barda y decidí irme todo el camino por ahí. La barda terminaba antes de llegar a la palapa, así que me bajé y justo cuando iba a dar el paso, me resbalé y caí de cara al pasto.  Me dolía todo el cuerpo, estaba segura que mínimo me saldrían cinco moretones. Y ya justo cuando llego a la palapa, me entero de que Rafa se quedó dormido y por lo tanto no iba a haber meditación. La mañana más dura de mi vida... literal.

Alguien a quién no puedo dejar de mencionar, es a Fany. ¡¿¡¿Qué hubiera sido de todas las chicas de la habitación sin Fany?!?! Una vez, Fany puso la alarma de su celular para que la despertara temprano. Se le había olvidado que su celular estaba adelantado una hora, así que la alarma sonaría una hora antes de la que ella le había puesto. Total que eran las cuatro de la madrugada y el celular de Fany sonando a todo volumen. ¿Y saben algo? ¡¡Fany jamás lo escuchó!! Después de media hora que estuvo sonando la alarma, tuvo que levantarse Mafer a apagarlo. Fany jamás se enteró hasta que vió a Mafer a su lado. Y sí, ese día todas estábamos despiertas a las 4 am...

En otra ocasión, a Fany y a mí nos había dado miedo una historia de terror que nos había contado Vicky, así que decidimos dormir juntas. A media noche, yo desperté en la orilla de mi cama con media cuerpo ya casi en el suelo. Terminé yéndome a dormir a la cama de Fany, mientras ella seguía dormida a pierna suelta en la mía. Una noche antes, me había ido a dormir al futón con Vicky y Diana. Imagínense a tres chicas dormidas al estilo "lata de sardinas" en una misma cama... Y todo para "vivir la experiencia".  También cómo olvidar a Mafer y su característico: "Johny!" cada vez que algo extraño pasaba. Cuando Vicky y yo solucionábamos todo con un "saludo de macho, acá.", las pláticas por la noche en la habitación, dormirse tarde por ver estrellas fugaces, los tres compadres y su adoración por Sandy (una sandía), el lavar ropa los domingos y platicar con joz, bailar bajo la lluvia, Diana y su estado en vibración por las mañanas, Karla que demostró que a veces recordar Y.O.L.O ayuda mucho, los debates y la facilidad de palabra que tienen Anahí, Marla y Alejandro, lo bonito que cantan Diana y Cristy, el príncipe Eder, los grandes momentos en el camión y muchos más por mencionar. 

Estos y muchos momentos más, son dignos de recordarse y contar. ¡No saben cuanto extraño y quiero a mis 39 compañeres del curso! Pero sé que pronto nos volveremos a ver ;)

Gracias a por haber leído la entrada y por dejarme compartir este espacio con ustedes.  Les aviso que pronto haré un Document your life para que puedan ver varias actividades del curso. 

¡Muchos saludos a la cuarta generación de Integrando a México!

Alejandra, Alejandro, Anahí, Ángel, Carla, Constanza, Cristy, Dezna, Diana Edith, Diana González, Eder, Fany, Germán, Gladys, Humberto, Isaí, Jocelyn, José Luis, Julián, Karla, MaFer, Marla, Miguel, Oscar, Rodrigo, Sandra, Sol, Valeria, Vicky, Andy Ceci, Beth, Betty, Ceci, Lucien, Pato, Rafa, Rodrigo, Saúl y Susana

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