Muerta en vida

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Una niña de diez años no regresa de su paseo escolar. El responsable es uno de los seres más repugnantes que haya imaginado autor alguno. Tan despreciable e indignante como algunos que andan por ahí, en la vida real, caminando por las calles, acechando, fraguando y llevando a cabo el crimen perfecto.

La aventura desdichada que padece esta niña nos lleva a reflexionar sobre las más profundas complejidades de nuestra propia parte oscura. Nadie sabe en qué abismo puede llegar a encontrarse que lo lleve a tener que pensar y sentir tal como piensa y siente el propio verdugo.


Escrita en primera persona,  Muerta en vida es la historia de una chica a quién le han quitado sus años, su vida, y su identidad. La historia es narrada por Alice, la protagonista y víctima de la trama.

Decidí leer este libro por su título y por su portada, un moño hecho con listón naranja en contraste con un fondo negro.  El libro está dividido en capítulos, cada capítulo es nombrado con un número. La historia es contada cronológicamente, aunque entre algunos capítulos, hay pequeños flashbacks para comprender mejor la vida pasada de la protagonista.

Va dirigido a un público adolescente, la autora utiliza un lenguaje informal.  Es un libro que se lee con facilidad y rapidez, además de que su historia impide que el lector deje de leer. Recomendado para todos los que no suelen leer mucho.

No voy a decir más sobre la trama, aparte de lo que viene en la sinopsis. Hay que aclarar, que la historia si es muy fuerte, ya que trata de temas como el secuestro, la pedofilia y el abuso sexual. No es otra historia juvenil, esto se trata de algo serio.  Lo que le sucede a Alice en la historia, tristemente les sucede a varios niños en el mundo.  

Se dan cuenta de que no pertenezco a este lugar, de que hay algo que no está bien en mí.
Pero no harán nada al respecto.
No dirán ni preguntarán nada.
Nadie lo hace, nadie lo ha hecho.
Nadie nunca lo hará.

En ningún momento se pierde el hilo de tensión y preocupación  por parte del lector hacia la protagonista. Incluso al final, el lector logra empatizar con cada uno de los personajes.  Es un libro muy bueno y que no se olvida fácilmente. Desde que lo leí, me fijo en las personas que caminan a mi lado por la calle, y me doy cuenta de que no sabemos quién de ellos puede ser una Alice o un Ray  y necesitar ayuda de los demás. Sueno muy paranoica, pero hay probabilidades de que sea verdad.  Nunca hay que ignorar a las personas, no nos cuesta nada decir hola o un buenos días.

 

Elizabeth Scott

Sobre la autora

Elizabeth Scott nació en 1972, y creció en una pequeña ciudad en el sur de Virginia, y me refiero a pequeñas - que ni siquiera tienen una oficina de correos! Sus padres eran maestros, y los dos enseñan en la escuela secundaria local.

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