Drácula
En 1897 salía a la venta la primera edición de Drácula, escrita por Abraham Stoker, y en aquel entonces una más de las muchas novelas escritas, entre otros, por Robert Louis Stevenson, Rudyard Kipling o H.G. Wells, enfrentaban al hombre con los monstruos ligados a su inconsciente, mientras el recato y la fe en la máquina se convertían en dos mandamientos nuevos de la religión victoriana. Pero Drácula pronto se convirtió en un hito dentro del género de las novelas de vampiros; es el mejor que se haya escrito nunca. Pues sobre el oscuro telón de fondo de la sexualidad y el deseo reprimidos, la verdadera identidad del ser humano y los dibujados límites de la locura y cordura, la historia de Jonathan Harker, Mina y el misterioso conde Drácula planta sus raíces en nuestros miedos más atávicos.
Este es un libro que tenía años en mi lista de libros por leer pero creía que sería muy denso y por eso lo postergaba a cuando tuviera tiempo de sumergirme bien en una historia. Un amigo (saludos, Tago) me dijo que su película favorita es Drácula y me pareció el pretexto correcto para leer y ver esta historia.
Narrado en primera persona conocemos a Jonathan Harker, un joven que trabaja como abogado y debe viajar a Transilvania a conocer al conde Drácula para hablar con él de la nueva propiedad que acaba de adquirir en Londres. Durante su estancia se da cuenta que el conde tiene varios secretos extraños y que su vida está en riesgo mientras permanezca con el conde.
Lo que Drácula esconde es que hace varios siglos atrás, él era un gran guerrero que empalaba a sus enemigos durante la guerra. Su verdadero nombre es el príncipe Vlad Tepes y el gran amor de su vida, la princesa, se suicidó por depresión al creer que él había muerto en batalla. Vlad blasfemó y provocó la ira de Dios convirtiéndolo en un demonio chupasangre. Ahora está decidido en ir a Londres a reconquistar a la reencarnación de su princesa sin importar cuantos cuellos deba morder en el camino.
Esperaba que me diera miedo o me aburriera un poco com me pasó con Frankenstein pero no fue así. Drácula se lee rapidísimo y mantiene al lector enganchado de principio a fin. Me sorprendió mucho que fuera una historia de amor y que me diera más ternura que cualquier otra cosa. No es un personaje que asociara con el amor y saber qué es lo que tanto ha estado buscando y su único objetivo en su vida inmortal fue muy interesante.
Se ha convertido en uno de mis libros favoritos por completo. La descripción es tan buena que sientes el frío del castillo, los lobos cerca de ti y la angustia de no saber qué o quién estará en la puerta de a lado. Un personaje que me sorprendió muchísimo porque siento que iba un paso adelante de la historia fue el loco del manicomio. ¿Cómo es posible qué supiera tanto? ¿Cómo si quiera llegó ahí y el amo se ponía en contacto con él estando tan lejos? Su idea de los animales y la alimentación me pareció muy interesante para sus fines pero también muy enferma.
Hubo una escena que no comprendí bien en el libro y que terminé entiendo cuando vi la película y es una de las noches de insomnio de Lucy cuando Mina va por ella. ¡Eso no me lo esperaba! O sea sí se entiende el poder que tiene sobre las mujeres pero no esperaba que hiciera eso cuando consideré que su objetivo era otro. En conclusión, me da mucho gusto haber leído este libro y estoy segura que tardaré un buen rato en superarlo. Me pareció una historia increíble y muy bien narrada. Lo recomiendo muchísimo, sí creo que es un clásico que no se deben quedar sin leer.